Artículo extraído de El País, 17 junio de 2012
Los alumnos se aburren en la escuela, opinan multitud de expertos. Lo que tienen fuera es mucho más atractivo —Internet en todas partes a través de sus dispositivos móviles, por ejemplo— que el mundo compartimentado de saberes estancos que se les ofrece dentro. Hay quien piensa que el problema es que los jóvenes ya no gastan la capacidad de sacrificio de antaño y que habría que imponérsela a base de disciplina, premios y castigos. Pero también hay muchos especialistas que creen que el modelo de escuela nacido con la revolución industrial apenas ha cambiado y por eso ya no sirve en la era digital, en la que toda la información está a un clic de distancia y los estímulos se multiplican hasta la extenuación.